Cuando Tomas tenia unos meses de nacido, le gustaba hacer burbujas de saliva con la boca, andaba gateando por toda la casa, tocando, mirando, probando, con sus burbujas hacia un ruidito que sonaba como : - Bli...Bli...BLibli, después pudo balbucear su primer palabra, y poco a poco fue sumando mas palabras, hasta lograr un vocabulario aceptable.
Hubo muchas palabras que el no podía pronunciar, yo le hacia repetir una y otra vez para que aprendiera a decirlas, pero algunas palabras sonaban tan divertidas que no me molestaba en corregirlo, como es el caso de "HIPOTOTAMO".
Hoy Tomas esta inscripto para empezar la primaria en el siguiente ciclo escolar, el esta entusiasmado y espera ansioso el momento de cruzar la puerta de su nueva escuela, pero yo tengo sentimientos encontrados: por un lado, se que gano a un hijo mas capaz e independiente, por el otro lado, se .. que los días del "HIPOTOTAMO" están contados...